Científicos del Cenpat hallan el fósil de una tortuga marina de 20 millones de años en Chubut

Viernes 24 De Octubre De 2025

A unos 40 kilómetros de Trelew, en el marco de una campaña paleontológica liderada por el CONICET-Cenpat, un equipo multidisciplinario logró identificar una nueva especie de tortuga marina prehistórica que vivió hace aproximadamente 20 millones de años.


El hallazgo es clave para comprender la evolución de las tortugas marinas y los cambios morfológicos que experimentaron a lo largo de millones de años.
El fósil, bautizado como Helianthochelys redondita, incluye un caparazón casi completo, fragmentos de cráneo y restos poscraneanos, lo que lo convierte en uno de los registros más australes y mejor conservados del linaje dermoquélido.

Nombre, morfología y contexto evolutivo

El nombre genérico proviene de los términos griegos helios (sol) y anthos (flor), en alusión a la disposición de los osículos del caparazón, que recuerdan a un girasol. El epíteto “redondita” hace referencia a la Estancia La Redonda Chica, lugar donde se encontraron los restos.
“Esta especie pertenece a la familia de las dermoquélidas, el mismo grupo que incluye a la actual tortuga laúd (Dermochelys coriacea)”, explicó la paleontóloga Juliana Sterli.
El ejemplar habría alcanzado dimensiones similares a las tortugas laúd modernas, con un caparazón de más de 2 metros de largo. Las dermoquélidas actuales son excelentes buceadoras, capaces de sumergirse a más de 2.000 metros, alimentarse de medusas y mantener una temperatura corporal superior al agua circundante, fenómeno conocido como gigantotermia.
“Probablemente esta tortuga fósil compartía hábitos similares”, agregó Sterli. En aquel período, entre los 23 y 13 millones de años atrás, el clima en estas latitudes era más cálido, y existen registros que indican la presencia de dermoquélidos incluso en la Antártida.

Campaña paleontológica, rescate y traslado del fósil

El ejemplar fue descubierto en 2016, en el borde de un cañadón profundo cercano a la línea costera, a casi 2 km del camino más próximo. En 2017, especialistas del Museo Egidio Feruglio (MEF) protegieron los restos con un bochón de yeso, debido al riesgo de erosión y exposición.
La extracción se postergó varios años por dificultades logísticas y la pandemia. En 2021 comenzó el traslado definitivo. Para mover el bochón —pesado y en terreno hostil—, los técnicos del MEF diseñaron un vehículo especial llamado “tortumóvil”, adaptable como trineo o camilla con ruedas.
“Cada jornada avanzábamos entre 100 y 300 metros, en grupos de seis personas”, relató Sterli. En 2024, se construyó un camino para arrastrar el tortumóvil con maquinaria y finalmente levantarlo con trípode hasta una camioneta. Después de casi una década, la tortuga recibió su nombre oficial.

Trabajo colaborativo y valor institucional

El fósil, ahora exhibido en el MEF, es fruto del esfuerzo de más de 30 personas, incluyendo la propietaria del campo Ana María Aguirre, trabajadores rurales, voluntarios, técnicos e investigadores del MEF y del CONICET-Cenpat. El proyecto fue posible gracias al apoyo de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el CONICET y el MEF.
El equipo de investigación estuvo conformado por Juliana Sterli y Evangelos Vlachos (CONICET–MEF), José Ignacio Cuitiño (CONICET-Cenpat), Ignacio A. Cerda (CONICET–UNRN, Instituto de Investigaciones en Paleobiología y Geología, Museo Provincial Carlos Ameghino, Cipolletti) y Mónica Romina Buono (CONICET-Cenpat).

REFERENCIAS CENPATTORTUGA MARINA