Crean turbinas eólicas para aprovechar los tifones

En la provincia costera de Guangdong, al sur de China, una nueva silueta domina el horizonte marino, centenares de turbinas eólicas se alzan en el mar Meridional como parte de una ambiciosa estrategia para descarbonizar el país.
Algunas torres alcanzan la altura de 30 pisos, y la región ya concentra casi el 15 % de todas las turbinas oceánicas del mundo. En los próximos cinco años, el gobierno local planea duplicar esa flota.
Energía frente a tormentas
Estas instalaciones se ubican en una de las zonas más expuestas a tifones del planeta, ciclones tropicales que azotan el este asiático entre mayo y noviembre con vientos que superan los 240 km/h, como ocurrió con el tifón Ragasa en septiembre.
“Es crucial que las turbinas no solo resistan los tifones, sino que aprovechen sus ráfagas previas”, explica Zhu Ronghua, director del Laboratorio de Energía Eólica Marina Yangjiang.
Normas, certificaciones y resistencia estructural
China estableció estándares para turbinas “tipo tifón” capaces de soportar vientos sostenidos de 198 km/h durante 10 minutos. A nivel internacional, la Comisión Electrotécnica Internacional (IEC) propone guías para turbinas “clase tifón” que resistan 205 km/h sostenidos y ráfagas de hasta 290 km/h.
Aunque estas normas no son obligatorias, muchas turbinas han demostrado resistencia real en condiciones extremas, incluso sin certificación formal.
Una de las innovaciones más destacadas es el modelo OceanX, desarrollado por Mingyang Smart Energy. Esta plataforma flotante sostiene dos turbinas que giran en direcciones opuestas, lo que permite aumentar la conversión energética en un 4,29 %.
La base está atada a un solo punto en el fondo marino, lo que permite alinearse con el viento y utiliza concreto de ultra rendimiento cuatro veces más fuerte que el convencional, soporta presiones de 115 MPa
Monitoreo avanzado y materiales reforzados
La empresa Goldwind logró que 47 turbinas soportaran 161 km/h durante seis horas, generando 2,1 GWh en nueve horas, suficiente para abastecer a 800 hogares británicos durante un año.
La clave fue el uso de fibra de carbono, sistemas de alerta temprana y monitoreo en tiempo real, que permitieron ajustes dinámicos ante cambios abruptos de viento.
Pero no todas las turbinas resistieron. En Wenchang (Hainan), el tifón Yagi destruyó siete turbinas recién instaladas que aún no estaban conectadas a la red, lo que impidió su protección activa.
Las pérdidas económicas podrían alcanzar los 66 millones de dólares, según estimaciones de la China Property and Casualty Reinsurance Company.
Investigadores como Lucy Pao (Universidad de Colorado) proponen aspas colocadas detrás del motor, inspiradas en palmeras flexibles, que podrían fabricarse con materiales más económicos y resistir ráfagas sin colapsar.
Entre 1980 y 2020, el número de tifones que se intensifican rápidamente cerca de la costa se triplicó, según estudios recientes. Esto obliga a rediseñar turbinas con componentes intercambiables y estrategias específicas por región, especialmente en islas con redes eléctricas débiles.
China lidera la resiliencia eólica marina
Con 170 GW de nueva capacidad eólica marina proyectada para la próxima década, y 60 % ubicada en zonas de tifones, China se posiciona como referente global en turbinas resistentes a fenómenos extremos. Su experiencia puede ser clave para otras regiones del sudeste asiático que enfrentan desafíos similares.
“Los ciclones tropicales son una amenaza, pero también una oportunidad para innovar”, concluye Xiaoli Guo Larsén, profesor de la Universidad Técnica de Dinamarca.